¿Te has preguntado por qué después de tantos años estudiando inglés, no has podido alcanzar la fluidez que buscas?
En los años 70, Tracy Terrell, una maestra español y Stephen Krashen, un lingüista de la universidad de UCLA, presentaron su teoría en la adquisición de una segunda lengua o natural approach, la cual está basada en prácticas ralizar a la hora de estudiar, que te llevarán a adquirir la lengua de manera natural, de la misma manera que hiciste cuando eras niño de gramática y de manera proactiva.
El aprendizaje se plantea a través del uso de la lengua meta en situaciones comunicativas. Es decir, de manera verbal, a través de la fonética, aprendiendo los sonidos del nuevo idioma sin recurrir a la lengua materna, es decir, sin traducción ni análisis gramatical y además sin leer ni escribir nada.
Este enfoque otorga especial importancia y prioridad a la comunicación y comprensión del significado de oraciones e ideas, en lugar de la memorización de reglas gramaticales y textos. También se promueve la creación de un ambiente de aprendizaje adecuado en el aula, dramatizando y situaciones prácticas para que así el aprendizaje se produzca de manera natural.
El rol del alumno reside en aportar información sobre sus necesidades y objetivos para que las actividades de la clase se adecuen a ellos. Este método exige del profesor un papel central en mayor medida que en otros métodos. El docente debe ser capaz de utilizar la lengua meta de manera que los alumnos la puedan entender por medio de comunicación kinésica, utilizando sinónimos y antónimos derivados de la lengua materna sin caer en traducción. Debe además proporcionar una amplia variedad de apoyos exta lingüísticos como material visual y auditivo que ayudarán a los alumnos a asociar y retener las ideas por más tiempo.
Es también el responsable de crear un ambiente de clase interesante, relajado, que facilite factores básicos que influyen en la adquisición de una segunda lengua, entre ellos reducir los niveles de ansiedad y estrés e incrementar la motivación y la actitud positiva de los participantes, así como la interacción entre el docente y el estudiante, que garantiza un filtro afectivo para el aprendizaje.
De esta manera, el alumno estará más cómodo para experimentar con el nuevo idioma sin temor a equivocarse.
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